Reflections from “Kabbalah Talks with Yehuda Berg & Friends” at HAAB

La más reciente edición de HAAB Talks nos dejó con una sensación que todavía se respira en los pasillos: la claridad que surge cuando entendemos que cerrar un ciclo no es el final, sino el inicio silencioso de lo que sigue.
En esta sesión especial, Yehuda Berg, junto a Alfonso Cassab & Friends, nos guiaron por una conversación profunda sobre el arte espiritual —y profundamente humano— de cerrar etapas con intención.
Aunque el encuentro nació desde enseñanzas de la Kabbalah, una tradición que estudia el comportamiento humano y la energía que nos mueve, lo que vivimos esa noche fue universal:
una invitación a revisar, agradecer y soltar para poder recibir lo nuevo.
Kabbalah: una guía para la vida moderna
Para muchas personas, el término “Kabbalah” puede sonar lejano. En realidad, es una filosofía práctica que estudia la relación entre nuestras emociones, nuestras decisiones y la energía que generamos.
En su esencia, la Kabbalah propone que vivimos entre dos estados:
- Reactividad: miedo, enojo, ego, victimismo.
- Conciencia: claridad, paciencia, propósito, gratitud, conexión.
No se trata de lo que ocurre afuera, sino de cómo respondemos adentro.
Cerrar un ciclo, desde esta perspectiva, es un acto consciente: elegir desde qué energía queremos empezar lo que viene.

El mensaje de Alfonso Cassab: nada nos pertenece, todo nos transforma
Alfonso abrió la noche con un mensaje que quedó resonando en la comunidad HAAB:
“No somos dueños de nada. Somos administradores de la Luz.”
Ni el cuerpo, ni nuestros logros, ni nuestras posesiones nos pertenecen del todo.
Todo lo que llega a nuestra vida —incluso los desafíos— forma parte de un proceso más grande.
Esa mirada cambia la forma en que enfrentamos cierres:
en lugar de sentirlos como pérdida, los reconocemos como evolución.
Cerrar con gratitud: la herramienta más poderosa

Una de las historias compartidas durante la charla ilustró este punto de forma hermosa:
un rey recompensaba a su amigo con una moneda de oro por cada dificultad vivida.
La metáfora es simple y transformadora:
Cada reto trae un aprendizaje.
Cada cierre trae un regalo.
Cada final abre espacio para un diseño más consciente de la vida.
La gratitud se vuelve entonces la llave que convierte los finales en comienzos.
El cierre como liderazgo interno
de la comunidad
Yehuda cerró la sesión recordándonos que, en realidad,
no cerramos un ciclo cuando termina, sino cuando decidimos terminarlo.
Cerrar bien es un acto espiritual, sí, pero también un acto de liderazgo interno:
un momento en el que elegimos soltar la reactividad y abrirnos a una nueva frecuencia.
Es en ese espacio donde encontramos la claridad para avanzar con mayor intención.

Un comienzo colectivo
En HAAB creemos en crear espacios donde estas conversaciones sucedan:
donde la comunidad pueda reflexionar, aprender, conectar y crecer de forma auténtica.
Ha sido hermoso ver cómo esta charla encendió nuevas preguntas, nuevas conversaciones y nuevos procesos personales dentro del espacio.
Los cierres —individuales, creativos, profesionales— tienen un eco especial cuando se viven acompañados.
Y en HAAB, ese acompañamiento siempre existe.