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HAAB es tu casa (mejor que tu casa): por qué salir del home office cambia todo

Durante años, el home office fue el sueño: pijama, café infinito y la promesa de que la productividad florecería desde el sillón.Corte a 2025: el 73 % de los trabajadores remotos dice sentirse más solo que antes de la pandemia.*Y el sillón, honestamente, ya no inspira tanto.

(*Stanford Institute for Economic Policy Research, 2024.)

1. El mito de la productividad doméstica

En teoría, trabajar desde casa te da más control. En la práctica, te da acceso ilimitado al refrigerador, distracciones domésticas y reuniones por Zoom con delay existencial. Estudios de la Universidad de Harvard muestran que el rendimiento de equipos remotos puede caer entre 10 % y 20 % cuando no hay interacción presencial. No por falta de capacidad, sino por falta de energía compartida —esa que surge cuando las ideas se cruzan en un pasillo o durante un café que se alarga más de lo planeado.

2. El entorno sí importa

El espacio donde trabajas influye directamente en cómo piensas. Un estudio del Journal of Environmental Psychology confirma que entornos con luz natural, movimiento y estímulos sociales aumentan la creatividad hasta en 45 %. En otras palabras: tu cerebro necesita salir del mismo fondo beige de tus videollamadas.

En HAAB, el entorno no solo está diseñado para trabajar: está pensado para crear. Lugares con ritmo, personas que te retan, pausas que te nutren. Aquí la arquitectura, la música y hasta el café cumplen una misma función: mantenerte despierto —creativamente, no solo con cafeína.

3. El poder de la comunidad (y de no hablarle solo a tu planta)

Uno de los grandes lujos del trabajo presencial no es el espacio, sino la gente. Rodearte de otros que también están construyendo, inventando o simplemente viviendo su caos productivo genera algo que el algoritmo no puede replicar: sentido de pertenencia. Y eso no solo se siente bien, también te hace mejor. Según MIT Sloan, los profesionales que interactúan regularmente con pares fuera de su círculo inmediato aumentan su desempeño en 22 %.

En HAAB eso pasa de forma natural —en una clase de yoga, en una charla improvisada o en un evento donde nunca sabes con quién vas a terminar colaborando.

4. Trabajar, pero vivir también

No se trata de reemplazar tu casa. Se trata de expandirla. De tener un lugar donde trabajar, moverte, comer bien, respirar, crear y desconectarte sin tener que “cerrar sesión”. Aquí, la jornada no termina cuando apagas la compu; se transforma

Porque trabajar bien no es hacerlo más, sino hacerlo mejor rodeado.Y si vas a salir del home office, que sea por un lugar que te haga querer quedarte.

👉 Descubre cómo se vive trabajar en comunidad.